
Dentro de un pozo sin fondo estoy.
Intentando, buscando la perfección, he tardado años en ver que no existía.
Y subiendo día a día, un escalón más hacia la cúpula que mi obsesión creó.
Mi fruto maravilloso, que ahora veo negro y podrido, es del que me alimentado todos los años.
Es mi punto de partida, que entre mis dientes escapa.
Saltando la envidia, esquivando la decepción, adentrándome en el laberinto de la amargura y la soledad.
Odiando, las risas que me dieron la luz, ¿porqué la luna anoche no vio mi corazón?
Dulce y sabrosa mentira, que me esconde la ruda realidad amarga, y con engaños no se remedia. Esta es una de las veces en las que hablo sin poder callar, preguntándome si alguien me oye, y necesitando que me callen. Y sin mostrar la forma de amar de la que quiero ser amado. Y aquí he vuelto a llegar, después de un largo paseo, estoy de nuevo aquí, solo, con mis sentimientos en el suelo, junto con mi dignidad y mi alma, porque no, nadie es perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario