miércoles, 22 de junio de 2011

Cómo un niño al que le han quitado su caramelo, me vi.
Llorando, y queriendo ver a mi mamá, para esconderme entre sus faldas,
como toda mi vida he hecho. Iba siendo hora de afrontar las cosas yo solo, y de huir de mi cobijo paternal, para salir al mundo, y ver la realidad por mi mismo.
No siempre va a haber alguien que me diga lo que estoy viendo, a veces, tendré que interpretarlo por mi mismo, y si no empiezo ya, no empezaré nunca.
Pero bueno, quizás estar en sus faldas, no esté tan mal....
Así me protejo de desamores, y decepciones, ya que a todos nos gustaría eso.

miércoles, 1 de junio de 2011

Puertas

Solo necesito ver la salida, la puerta del final de esta MIERDA. Porque es esta mierda la que me consume y me agota día a día, la que me deja sin fuerzas para vivir.
Aveces creo que esa puerta no existe, solo es un callejón sin salida, a veces creo que esa puerta no es para mí...
Necesito ser escuchado, querido, respetado, no ser tratado como un loco de pensamientos desatados, al que le das algo afilado y hay que vigilar.
Necesito ser NORMAL, para que mi día a día sea cada vez más normal. La gente no lo entiende, desde fuera somos gilipollas, etc... pero solo hace falta entrar en esto, para saber que se siente desde dentro, es algo, que al fin y al cabo, no elegimos nosotros, sino que nos elige a nosotros.
No hace falta ser el centro de atención para ser querido.
Quizás solo sea una triste personita que solo pide ser escuchado y querido.
Quizás, solo sea un loco enamorado.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

sábado, 30 de abril de 2011

Corazón en el váter.


Dentro de un pozo sin fondo estoy.
Intentando, buscando la perfección, he tardado años en ver que no existía.
Y subiendo día a día, un escalón más hacia la cúpula que mi obsesión creó.
Mi fruto maravilloso, que ahora veo negro y podrido, es del que me alimentado todos los años.
Es mi punto de partida, que entre mis dientes escapa.
Saltando la envidia, esquivando la decepción, adentrándome en el laberinto de la amargura y la soledad.
Odiando, las risas que me dieron la luz, ¿porqué la luna anoche no vio mi corazón?
Dulce y sabrosa mentira, que me esconde la ruda realidad amarga, y con engaños no se remedia. Esta es una de las veces en las que hablo sin poder callar, preguntándome si alguien me oye, y necesitando que me callen. Y sin mostrar la forma de amar de la que quiero ser amado. Y aquí he vuelto a llegar, después de un largo paseo, estoy de nuevo aquí, solo, con mis sentimientos en el suelo, junto con mi dignidad y mi alma, porque no, nadie es perfecto.